viernes, 22 de marzo de 2013

Si no existe la organización, las ideas, van perdiendo eficacia

"Si no existe la organización, las ideas, después del primer momento de impulso, van perdiendo eficacia." Ernesto Ché Guevara, 20 de octubre de 1962
Tras leer el artículo "La excepción española" me he lanzado a responder algunas de las preguntas que lanza el autor ya que me parece que plantea un debate muy interesante que además he tenido repetidamente con familia y amigos.

En primer lugar, reivindicar que la "calle indignada" sí está participando en política, y que la existencia de actividades políticas fuera de las instituciones es fundamental para una democracia sana, participativa y, en definitiva, real. No debemos perder de vista este punto.



¿Puede surgir la organización 15M?

No. El 15M no es ninguna organización, es concienciación.  Probablemente el mayor logro del movimiento es haber conseguido concienciar a millones de personas en nuestro país. 

Sin embargo, al haber sido tantísimas y tan diferentes las personas que han participado en este proceso de concienciación, es muy difícil - imposible, me atrevería a decir - que se aunen en un único grupo, con una única identidad. Ahora bien, es totalmente factible que aparezcan diferentes grupos de personas que, compartiendo esa concienciación, y ese sentimiento 15M, se lancen a construir una opción política, un ejemplo ya existente sería el Partido X

Por otro lado, también cabe destacar que hay muchas personas que tras el estallido de concienciación del 15M han decidido colaborar en partidos políticos, como pueden ser Izquierda Unida o Equo. Para estas organizaciones, el 15M ha supuesto probablemente un soplo de aire fresco. Ejemplo claro es la iniciativa "Parlamento A la Calledónde personas del 15M hacen llegar sus propuestas a miembros de IU para que éstos las defiendan en el Congreso de los Diputados. Expresión fundamental de este proyecto fue la posibilidad de  proponer preguntas y respuestas para el debate del Estado de la Nación.

Sin participar en la creación de ninguno de los dos ejemplos anteriores, los he defendido y apoyado porque considero que son necesarios. Porque la cruda realidad es que para que este país evolucione, el cambio debe impulsarse desde múltiples esferas. El cambio no lo traerá una única opción política salvadora, ni existe una fórmula mágica. El cambio llegará gracias a lo que cada uno de nosotros sea capaz de aportar desde su ámbito.


¿Un Movimiento Cinco Estrellas español?

El autor del artículo se preguntaba sobre la posibilidad de que apareciese un Movimiento Cinco Estrellas en España. Sinceramente, considero que ahora mismo es muy difícil. La teoría del profesor de sociología de la universidad de Cornell Sidney Tarrow lo deja bien claro:

Acción Colectiva -> Movimiento Social -> Organización 

Entendiendo que la acción colectiva puede derivar o no en movimiento social y el movimiento social puede derivar o no en organización. Pero las características intrínsecas de las dos primeras son las que determinan la última. 

Por lo tanto, habría aparecido un Movimiento Cinco Estrellas si las manifestaciones del 15 de Mayo de 2011 en vez de convocarlas un grupo heterogéneo de personas anónimas las hubiera convocado una figura pública cómo Jordi Evolé, Risto Mejide o El Gran Wyoming (por poner ejemplos parecidos a Grillo).

Grillo en 2007 l
anzó la idea del V-Day o Vaffanculo Day, una jornada de movilización pública destinada a recoger las firmas necesarias para presentar una iniciativa legislativa popular que introdujera las preferencias en la actual ley electoral e impidiera la presentación de candidaturas al Parlamento por parte de aquellos que tuvieran condenas penales o hubieran completado dos mandatos. Esa fue la acción colectiva, que derivó en un movimiento organizando varias acciones y que Beppe organizó en torno a su figura. Seis años más tarde se han convertido en la opción política más votada en las elecciones generales. 

¿Pero significa esto que en España no surgirá una alternativa al partido morado PPSOE?

Tampoco. Yo resumiría el problema en los siguientes puntos:

- Estamos acostumbrados a que un grupo de personas con cierta legitimidad reivindique una idea y la ponga en práctica con una organización. Eso en el 15M es imposible, existen diferentes corrientes que aunque en su análisis se encuentren plenamente unidos, a la hora de construir encuentran grandes divergencias - algunas lamentables, como la de los "personalismos" y la falta de confianza - , y eso hace imposible una unión identitaria en torno a "15M". 

- Lamentablemente, tras 40 años de dictadura, 
existe escasa tradición organizativa y esto impide, de momento que se cristalice una propuesta organizada. Muchas de las personas que han participado en el #15M no tenían experiencia política previa pero sí muchas ganas de participar. Pero a pesar de las múltiples virtudes que tiene el sistema asambleario, su deficiencia fundamental, la necesidad de invertir gran cantidad de tiempo (y sobre todo la posibilidad de que una persona bloqueara sin más explicaciones la decisión de una gran asamblea) hicieron mella en el movimiento, o al menos en el espíritu participativo de muchos.

- Algunos partidos políticos, que antes tenían escasa representación, ven ahora su oportunidad y su momento, sin darse cuenta que no es SU oportunidad sino la oportunidad histórica por un cambio para el 99%. La necesidad de todos. 

¿Cual es la solución a todas estos problemas? 

Simple, la participación democrática basada en un modelo horizontal-democrático. Esto es: la participación en la toma de las decisiones, en la elección de los candidatos y en la supervisión del trabajo de éstos, permitiendo inmediatas revocaciones si no realizan el trabajo conforme a lo expresado en las votaciones.

Todos los grupos que trabajan en la calle indignada, y aquellos grupos institucionales, sólo podrán ser canalizados hacia un mismo punto si establecen un mecanismo de participación que elimine los avales, delegados y listas cerradas de sus formaciones y se abren plenamente a la ciudadanía para la confección de un frente que sobrepase al poder corrupto que especula con nuestras vidas. 

Izquierda Abierta ha levantado la liebre hace poco, diciendo que hay que dejar que los ciudadanos decidan lista y programa de una coalición para las próximas elecciones europeas.  
Seguir pensando que cualquiera de nosotros está en posesión de la verdad absoluta, y negarse por tanto al diálogo con otras posiciones - más cercanas de lo que pensamos - hará que todos estos brotes de indignación queden en resistencia. Hay que dejar de ser resistencia y pasar a la acción, o tendremos que asumir al menos otros cien años de neoliberalismo y servidumbre.  

Bibliografía: 

"El poder en movimiento" Sidney G. Tarrow ALIANZA EDITORIAL, 2004