Dicen que en los momentos de crisis, sacamos lo mejor de nosotros mismos.
Que dejamos atrás el egocentrismo y la insolidaridad, para empezar a cooperar, a compartir, a entender mejor a quién tenemos a nuestro lado.
Bien, pues eso fue precisamente el #15M, un estallido de inconformismo que se transformo en trabajar juntos por un sistema mejor, más justo, libre y solidario.
¿Suena a ONG verdad? Pues es la Carta de Derechos Humanos.
¿Y qué están haciendo nuestros gobiernos y las instituciones que nos "representan" mientras tanto?
Les respondo:
- Siguen desahuciando a la gente de sus casas, habiendo en España 700.000 viviendas en stock, completamente abandonadas al deterioro o peor aún, reservadas para la especulación.
- Recortar en sanidad. Ayer mismo una mujer en Cataluña, murió de una aneurisma tras haber sido rechazada en cuatro hospitales.
- La educación empieza a ser vista como un gasto y no como una inversión, echando a los profesores de las aulas.
- La solución que nos facilitan es austeridad, flexibilidad laboral traducida en más despidos, aumento de horas y reducciones de sueldos e inyección de dinero a la banca.
- El sistema financiero europeo se encuentra ahogado y siguen sin dar respuesta al problema crediticio de familias y pymes, mientras hay 60.000 millones de Euros de fraude fiscal en nuestro país y las grandes multinacionales nos deben el 20 % de sus beneficios en impuestos.
- En Italia y Grecia se empiezan a formar gobiernos tecnócratas que no han sido elegidos democráticamente y que para más inri, sus representantes son ex miembros de aquellas instituciones financieras que colaboraron en la crisis.
¿Porqué la cosa está tan clara y se nos sigue calificando de idealistas por querer cambiar todo esto?
Se nos ataca con la falacia Argumentum ad Historium/Traditionum (el mundo siempre ha sido así y no vais a cambiarlo) y me preocupa muchísimo. Tanto pesimismo, tanto miedo al cambio y que todavía haya gente que opina que una mujer de 80 años con cáncer e hijo discapacitado, sin apoyo familiar, con un alto riesgo de exclusividad social, hay que desahuciarla para no poner en duda el estado de derecho. Ni me plantería tener un debate con una persona así, esto empieza a pasar de ser una cuestión ideológica o política a una cuestión humanitaria.
Empieza la carrera de fondo para ver quién pagará la crisis en España, si los de abajo o los de arriba.
Con el #15M, exportamos la indignación a todo el mundo occidental, ahora, llegó la hora de exportar el cambio.
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